Más de 12 millones de mexicanos han perdido su
empleo a raíz de la crisis derivada de la pandemia. Quienes trabajan en el
sector informal sostienen no tener opciones, y quienes tenían un
contrato y lo rescindieron, están recurriendo a tribunales o a retirar los
fondos destinados para su pensión de la vejez. Aledaño
a la tragedia que han vivido decenas de miles de familias que perdieron a uno
de sus seres queridos, víctima del Covid-19, la crisis quizá más fuerte que
está padeciendo México es la del desempleo. En
este país, la emergencia derivada de la pandemia ha dejado sin empleo a
12,5 millones de personas, solo en abril, según la cifra más reciente del
Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Rafael
López y 100 de sus compañeros en una empresa de monopatines de
renta son muestra de los afectados que, aseguran, fueron
despedidos sin las garantías de ley. “Llegamos
porque nos citaron para una logística de cómo íbamos a estar trabajando para lo
del Covid-19 y terminó siendo todo lo contrario, nos dijeron que la
empresa estaba en quiebra”, cuenta López.
Como
ocurre frecuentemente, a los empleados de la empresa Grin no les querían pagar
su liquidación completa, por lo que se fueron a pleito legal. Al cabo de
semanas, los trabajadores se vieron orillados a aceptar un arreglo. La oferta de mano de obra está disminuyendo como consecuencia de las
medidas de cuarentena y la reducción de la actividad económica. Según se
desprende de diversas previsiones (realizadas hasta el 10 de marzo), los
trabajadores contagiados han perdido ya, en conjunto, casi 30.000 meses de
trabajo, con la consiguiente pérdida de ingresos (en el caso de los
trabajadores desprotegidos). |
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